Roberto Mancini ha dejado de ser entrenador del Galatasaray,
y es hora de hacer balance. El técnico italiano, como en otros equipos en los
que estuvo, no se ha ido con las manos vacías, en cuanto a títulos se refiere.
Tampoco ha tenido malos números, aunque el juego y ciertas decisiones a lo
largo de la temporada le han hecho ser objeto de numerosas y potentes críticas.
16 victorias, 7 empates y 5 derrotas es el registro, en 28
partidos de Süperlig para Mancini. Se complementa con 51 goles a favor y 28
goles recibidos en contra. Todo le ha llevado a una segunda posición de manera
meritoria, que le da derecho, por la sanción al Fenerbahçe, de jugar, de manera
directa, la fase de grupos de la Champions League.
Siguiendo con la Champions League, hay luces y oscuros.
Debutó en el banquillo del Galatasaray sacando un empate a 2 ante la Juve en
Italia. Consiguió la clasificación para octavos de final ganando a la misma
Juve en el TT Arena, en un partido que acabó al día siguiente, con gol de
Sneijder en los minutos finales. Los oscuros vinieron fuera de casa, al igual
que en el resto de competiciones. Tras sacar un 1-1 en casa frente al Chelsea,
un partido inoperante, en el césped y desde el banquillo, dejó al equipo fuera
de la competición, de una manera y con una actitud que elevó al máximo el
número de críticas.
El juego fuera de casa, y los resultados, fueron uno de los
grandes hándicaps de Mancini en el banquillo cimbom. Ninguna victoria en
Champions, en 4 partidos, y solo 4 victorias en 14 partidos de liga. Lo peor de
estos números, como en el partido de Stamford Brigde, la inoperancia mostrada
en el campo y en el banquillo.
Un aspecto que fue tanto positivo como negativo fue el
mercado de invierno. Negativo en el aspecto de fichar jugadores que apenas han
jugado, o incluso sumar 4 laterales derechos en la plantilla. Jugadores
jóvenes, como Hajrovic, Ontivero o Alex Telles, que se ha hecho indiscutible en
el lateral izquierdo, son la nota positiva de un mercado de invierno que se
saldó con 9 fichajes y varias salidas, entre ellas, la del español Albert
Riera.
Diferente fue la trayectoria en copa. El único título de
Roberto Mancini en Turquía. Empezó dubitativo. Entró en la competición en
diciembre, dejándose empatar a 2 en casa contra Gaziantep Belediyespor, un equipo
de la segunda división, pasando de ronda en los penaltis. Un 4-0 frente a Balıkesirspor le
sirvió para clasificarse para los grupos, donde quedó segundo, con 3 victorias,
2 empates y 1 derrota, por detrás de Antalyaspor, clasificándose así para
semifinales, quedando emparejado con Bursaspor.
Caricatura ejemplar, sobre la temporada de Mancini en el Galatasaray |
Las semifinales con Bursaspor fue un claro ejemplo de los
claroscuros de la temporada. Galatasaray se puso 2-0 arriba en el partido de
ida, con una gran superioridad en el campo. Pero Bursaspor empezó a atacar,
comiéndole terreno a los de Mancini y empatando a 2 el partido de ida. Con
ventaja, por goles a domicilio, Bursaspor se puso 2-0 en el partido de vuelta,
poniendo un 4-2 en la eliminatoria y pie y medio en la final. Pero, a pies de
Sneijder, Galatasaray resurgió y se comió a los cocodrilos de Bursa, endosándole un 2-5 en el partido y un 4-7
total en la eliminatoria.
La final, un partido disputado contra Eskisehirspor. Poco
juego, pocas oportunidades y dominio alterno. Ambos tuvieron oportunidades de
adelantarse, pero fue Sneijder quien, por enésima vez, decidió el partido.
Trofeo que, además, le da la posibilidad de luchar por la Süper Kupa en agosto
contra el Fenerbahçe, campeón de liga.
Una temporada de claroscuros, de halagos y críticas, en la
que Mancini mostró el entrenador que es. Jugando a algo que no suele ser del
agrado de la afición, dejando la sensación que con esos jugadores se puede
hacer algo más, pero, aun con eso, ganando títulos.
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