Que el
fútbol está rodeado de tópicos es realidad. Que mucho son reales, una gran
verdad. Y que en el fútbol todo cambia a velocidad de vértigo, una realidad muy
verdadera.
Es el
caso de Pablo Batalla. El argentino, de 29 años, y capitán del Bursaspor, que
fue el MVP de la pasada temporada en la Süperlig con 19 goles y 20 asistencias,
está viviendo esta situación actualmente. Llegó a Bursaspor en 2009, haciéndose
poco a poco con mayor protagonismo en el equipo, siendo campeón de la Süperlig
en la misma temporada en la que llegó. Con buen juego y liderazgo dentro del
campo, el menudito mediapunta argentino se hizo con la capitanía de Bursaspor.
Líder
dentro y fuera del campo, ídolo de la afición, parecía que Batalla iba a acabar
sus días como jugador en Bursa. La relación de amor recíproco entre
club-jugador-afición se iba a prolongar hasta 2018, renovación que le ofreció
el club hace poco más de un mes. Incluso se hablaba que Batalla iba a adoptar
la nacionalidad turca, para no ocupar plaza de extranjero. Todo este idilio se
rompió.
Hace
solo unos días, saltó la noticia. Pablo Batalla no iba concentrado con el
equipo. Daum no había convocado al jugador argentino, y éste estalló. El
capitán de Bursaspor quería abandonar el equipo. Las discrepancias con el entrenador
alemán habían ido a más, siendo insostenible la relación entre ambos. Con
capitán y entrenador enfrentados, habló el presidente. “Pablo Batalla tiene que volver y pedir perdón, si quiere seguir en
Bursaspor”. Con la completa disposición del presidente a favor del
entrenador, al jugador no le queda otra que salir.
Ahora,
Batalla está descansando, sopesando el futuro. Se encuentra ya en Argentina, donde estudiará si sigue en Turquía, ficha por otro equipo europeo o
vuelve a su país. Lo que sí es seguro es que el argentino ha sido otra víctima
de la montaña rusa que es el fútbol.
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